Cuando los pequeños llegaron al cole se encontraron un saco de color morado en el centro de la alfombra. Todos intentaron descubrir qué era lo que había debajo y tras varias preguntas sobre lo que creían que podía haber debajo les destapé la sorpresa. Era un bote de cristal en el cual había en su interior varias tiras de los colores de las emociones es decir, estaban las emociones liadas. Elegí a seis niños/as para que sacaran de uno en uno una tira y dijeran el color y la emoción a la que representaba. Tras realizar esto, teníamos un mural en el que aparecía un monstruo de colores y los niños y niñas tenían que hacer garabatos de los colores que le tocasen al sacar tiras de colores de un saco. También tenían que escribir el nombre de la emoción.
Como trabajo individual, tenían que colorear el monstruo de colores de una ficha y escribir el nombre de las seis emociones.
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