DÍA 15: CUENTO: LA TORTUGA Y EL CARACOL
En este día contamos el cuento: La tortuga y el caracol. Es un cuento que trabaja la tristeza. Para contarlo nos servimos de imágenes sobre dicho cuento. El cuento decía así:
1.- Bernarda era una tortuga que siempre estaba triste. Un día, mamá tortuga la llevó al médico para averiguar la causa de tanta tristeza. El doctor Patapón miró a Bernarda por arriba, por abajo, por un lado y por otro, pero no encontró el motivo de tanta tristeza.
2.- Las amigas de Bernarda fueron a visitarla, pero tampoco sirvió de mucho. -¿Te duele algo? -le preguntó su amiga Herminia. -No -respondió Bernarda. -Puedes contarnos lo que sea. Todos estamos tristes alguna vez, así sabemos disfrutar mejor de la alegría cuando llega. Herminia era una tortuga muy filosófica, siempre estaba pensando.
3.- -¿Has perdido algo? ¿Te has enfadado con alguien? ¿Por qué tanta pena? ¿Qué te duele? ¿Qué te pasa? -preguntó la tortuga Parlanchina, que nunca paraba de hablar. Bernarda solo lloraba y se sonaba la nariz, no quería hablar con nadie, ni siquiera con sus mejores amigas.
4.- Una mañana soleada, Bernarda decidió salir a dar un paseo. cuando pensó que estaba lo suficientemente lejos de casa y que nadie podía escucharla, se sentó en una piedra y comenzó a lamentarse. -¡Qué triste es mi vida...! ¡Siempre caminando tan despacio! Nadie sabe que yo quiero ser deportista, pero, claro, con este caparazón tan pesado nunca podré ser rápida.
5.- -Deja ya de llorar que me estas inundando con tanta lágrima. -¿Quién habla? -preguntó Bernarda. -Soy yo, Faustino, el caracol. Bernarda se secó los ojos y miró hacia todas partes. Y allí, junto a sus patitas húmedas, descubrió a un pequeño caracol.
6.- -¿Cómo te atreves a meterte conmigo? ¿No ves lo triste que estoy? -dijo Bernarda.
- Te he escuchado y creo que no tienes razón. -¿Cómo que no tengo razón? -dijo Bernarda un poco enfadada. Yo he nacido para ser una gran estrella del deporte y no para ser una lenta tortuga con este pesado caparazón. ¡Yo debería ser un guepardo, un lince...! Pero ¡nunca una tortuga!.
7.- -¿Sabes una cosa, tortuga? Eres más grande que yo. Aunque eres lenta, eres más rápida que yo. Tu caparazón es más fuerte que el mío. Tienes una familia que se preocupa por ti y unos buenos amigos. Hay animales más grandes y más fuertes que nosotros, pero lo importante de verdad es saber estar contentos con lo que tenemos y saber pedir ayuda cuando la necesitamos.
8.- Bernarda pensó mucho en las palabras de Faustino... ¡Claro que podemos estar tristes a veces! Eso no es malo. Pero cuando compartimos nuestra tristeza, siempre encontremos ayuda. La pequeña tortuga contó a sus amigas su sueño de ser deportista. Y desde ese día, todas las mañanas entrenan juntas para ser cada día un poquito más rápidas. Algunas mañanas lo consiguen, otras no. Pero Bernarda, ahora, sabe que lo importante es intentarlo.
Como trabajo individual, los niños y niñas tenían que colorear el caracol y la tortuga y con pintura de dedos tenían que hacerle más lágrimas.
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